El Presidente de la República Dominicana Leonel Fernández recibió en junio de 1997 a la delegación de la Comisión Interamericana que se hallaba realizando una visita in loco. Durante la misma, la CIDH llevó a cabo un extenso programa de trabajo en las ciudades de Santo Domingo y Barahona. La delegación se desplazó hasta el centro penitenciario La Victoria y la cárcel de San Pedro de Macorís para observar la situación de las personas privadas de libertad. Se trasladó igualmente a diferentes asentamientos ubicados en las plantaciones de azúcar, conocidos como “bateyes”, con el fin de observar las condiciones de los trabajadores dedicados a tal actividad. Al finalizar su visita, la Comisión Interamericana señaló que numerosos temas de relevancia para los derechos humanos, tales como la reforma del poder judicial, se encontraban en la agenda del país y eran objeto de iniciativas gubernamentales y de la sociedad civil. Igualmente, la CIDH consideró que “los medios de expresión revelan la existencia de un rico debate social en que se confrontan ideas sobre la consolidación, expansión y fortalecimiento de instituciones y normas relativas a los derechos humanos”. Sin embargo, observó que persistían denuncias de violaciones graves tales como las detenciones irregulares, malos tratos, solicitud de pagos ilegales, abuso en las detenciones, uso excesivo de la fuerza y ejecuciones extrajudiciales.